Las minas de Larimar

El afloramiento más importante de pectolitas azules se encuentra en el paraje chupaderos, sección Los Checheses, a unos 10 kilómetros al suroeste de la ciudad de Barahona, en la región suroeste de la República Dominicana. Aquí se encuentra un pequeño complejo volcánico básico, formado principalmente por basaltos y rocas porfídicas con gran alteración. En su interior hay concentraciones, en pequeños bloques, de un mineral de color azul, característico de la pectolita de nuestro país. Muchos de los núcleos o bloques de pectolita o larimar se encuentran in situ, es decir, en el mismo lugar donde se formaron.

Pero otros, sin embargo, como resultado de la erosión superficial, se desprendieron y fueron arrastrados poco a poco por el agua en las laderas. Así llegaron al arroyo Sitio y de allí las aguas las llevaron al río Bahoruco, y por arrastre secundario, terminaron en la desembocadura o río, y de aquí depositadas en el mar Caribe, ante el embate de las olas. Esta es la razón por la que los primeros hallazgos se produjeron en las playas de Barahona. Esto motivó la búsqueda río arriba.

 

Primeros hallazgos

Las primeras evidencias de este raro mineral se encontraron en pequeñas rocas que se encontraban a veces en la playa de Bahoruco. Estas tomas fueron transportadas a la playa por las crecidas del río Bahoruco.

Hay evidencias de que el hermoso color azul de esta roca fue notado hace tiempo, y hay muestras tomadas ya en los años 50, como las expuestas en una vitrina del Museo de Larimar. Hasta ese momento no se mencionaba la existencia del larimar en la literatura geológica de los estudios realizados en la región.

 

Las minas

La localización del mineral y su posterior extracción se basa, como es lógico suponer, en la identificación de los antiguos «tubos» o «chimeneas» donde, impulsados por los gases y la materia incandescente, aparecieron las pectolitas azules o el larimar. Su explotación obligó a seguir el rastro a través de excavaciones cada vez más profundas, hasta convertirse hoy en una verdadera minería de túneles. 

Un viaje a las minas de larimar es una experiencia única.El yacimiento aparece tras una larga «aventura» con vehículo de doble tracción por un camino de tierra y piedras, en un pueblo que recuerda ambientes de hace dos siglos. Se ven pozos y agujeros por todas partes, como cráteres abiertos en las montañas, y los mineros aparecen desde lejos como pequeñas hormigas activas en sus tareas. El día a día y el trabajo de los mineros son muy duros y agotadores, sólo con la ayuda de herramientas sencillas y primitivas que acompañan su vida diaria de sol a sol durante todo el año.