Historia del larimar o pectolita azul en República Dominicana

La pectolita, antes conocida como ratholita, es un silicato ácido hidratado de calcio y sodio. De amplia difusión en el mundo, podemos encontrar yacimientos de este mineral, conocidos como alfores, en lugares muy distantes del planeta: Estados Unidos (Michigan, Arkansas, Nueva Jersey y California), Canadá, Inglaterra (Escocia), India, Austria (Tirol), entre otros.

En realidad son huellas y consecuencia de la actividad volcánica de la tierra, hace muchos millones de años. El LARIMAR o pectolita azul se encuentra únicamente en la República Dominicana en las minas de la provincia de Barahona. Sólo el 30% del Larimar es de calidad gema.

Descubierto por Miguel Méndez, bautizado: «Lari» por su hija, «Larissa» y «Mar» por la similitud del color del mar. El Sr. Méndez y el voluntario del Cuerpo de Paz Normal Rilling fueron los primeros en utilizar como piedra preciosa el Larimar en 1974.

El afloramiento más importante de pectolitas azules se encuentra en el paraje chupaderos, sección Los Checheses, a unos 10 kilómetros al suroeste de la ciudad de Barahona, en la región suroeste de la República Dominicana.

Historia del larimar en la República Dominicana

Aquí se encuentra un pequeño complejo volcánico básico, formado  principalmente por basaltos y rocas porfídicas con gran alteración. En su  interior hay concentraciones, en pequeños bloques, de un mineral de color azul, característico de la pectolita de nuestro país.

La historia del larimar comienza a principios de este siglo, con la solicitud al Ministerio de Hacienda de la República Dominicana, firmada por el Padre Miguel Domingo Fuertes Loren, de la parroquia de Barahona, para obtener el privilegio de exploración y explotación de la mina (comunicación fechada el 22 de noviembre de 1916: El Padre Miguel Domingo Fuertes Loren informa al Arzobispo Nouel sobre la presencia de esta pectolita). Dicha mina no explotó y las «piedras azules» quedaron en el olvido.

En 1974 Norman Rilling, miembro de los Cuerpos de Paz (Peace Corps, USA) en compañía del dominicano Miguel Méndez, encontró pectolitas azules en las costas de Barahona, persiguió la cara del agua sobre el arroyo Bahoruco, logrando llegar a la planta, en el lugar «los checheneses». El nombre popular y comercial de Larimar se originó por la fusión de dos sustantivos: Larissa, que es el nombre de la hija de Miguel Méndez (Larissa Mendez) y Mar, que es el lugar donde se encontró por primera vez.

Miguel Mendez

Más tarde, en 1975, se inició la explotación del yacimiento de larimar, mediante técnicas no metódicas. Sin embargo, en 1988 surgió un conflicto local que se extendió por todo el país. Entre la cooperativa de Extractores y Procesadores de Producción y Trabajo del Larimar, que tenía desde 1984 bajo su responsabilidad los derechos de explotación de la mina de Bahoruco, y la empresa privada «Consorcio Larimar SA (COLARSA), se firmó un contrato -con una duración de 20 años- para que esta última empresa explotara los yacimientos mineros.

 

Los artesanos dominicanos, organizados en la Asociación Nacional de Artesanos, levantaron las pancartas de protesta. Frente a ellos, su presidente Jorge Caridad -creador del Museo del Larimar de Santo Domingo- dijo que los artesanos se oponían al contrato porque perjudicaba sus intereses y que los talleres de elaboración de larimar en el país iban a desaparecer en pocos días. 

Jorge Caridad Presidente de la Asociación Nacional de Artesanos
Jorge Caridad, también dijo que el consorcio Larimar había firmado un contrato «leonino» con la Cooperativa de Extractores, a través del cual dicha empresa iba a monopolizar la extracción del mineral para su comercialización. Se creaba así un verdadero monopolio a favor de una empresa privada, con un recurso natural del país. La misma Asociación Nacional de Artesanos pidió la intervención del entonces Presidente de la República, Joaquín Balaguer, para que ordenara detener el supuesto «saqueo» de la mina de larimar por parte de una empresa privada con la «complacencia» de las autoridades de la dirección de Minería.La entidad que agrupa a los artesanos del larimar advirtió que el acaparamiento de las operaciones por parte de una empresa privada «enajenaría» ese recurso natural. También explico que nadie y nadie tiene derechos sobre la mina de larimar, ya que este es un recurso natural, patrimonio de todo el país. Los artesanos pidieron al Estado que tomara el control de la mina y, sin perjuicio de los intereses de la cooperativa minera, la vendiera a los artesanos nacionales a precios razonables.El 1 de agosto de 1988, la Asociación Nacional de Artesanos también solicitó la mediación del Arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, para evitar la monopolización de la explotación y comercialización de la mina de larimar, y finalmente el desacuerdo se resolvió de forma satisfactoria. En la actualidad, la mina es explotada por la Cooperativa de Extractores de Larimar y por la Asociación de Extractores de Larimar, y la materia prima fluye por los caminos de la comercialización abierta.